(Corresponsalía Buenos Aires) – La investigación judicial sobre las empresas vinculadas al exsenador Edgardo Kueider revela nuevas irregularidades. Según un informe elaborado por la Policía Federal a pedido del fiscal de Concordia, José Arias, los domicilios registrados de las firmas Betail S.A. y Edekom S.A., así como los asociados a su socio Rodolfo González, son falsos. Los allanamientos expusieron un entramado de direcciones inexistentes y propiedades que no tienen relación con las actividades comerciales declaradas.
Betail S.A., creada en 2018, figura con domicilio en la calle Ercilla 6288, en el barrio porteño de Liniers. Sin embargo, allí solo hay una casa en venta desde hace años, propiedad de una familia de jubilados. Los vecinos aseguraron que nunca hubo actividad empresarial en el lugar. Por otro lado, la dirección registrada para Edekom S.A., ubicada en Cerrito 1320, resulta ser un estudio contable que no tiene vínculos con la empresa de Kueider.
En el caso de González, conocido como “Gonzalito”, la situación es igualmente sospechosa. La Policía Federal recorrió cinco domicilios vinculados a él, tanto en la Ciudad de Buenos Aires como en Entre Ríos, sin encontrar rastros del empresario. En algunos lugares, los residentes afirmaron recibir multas a su nombre o lo identificaron como dueño de propiedades, pero nunca lograron ubicarlo.
El patrimonio de Kueider incluye tres departamentos con cocheras en un lujoso edificio de Paraná, registrados a través de un fideicomiso para ocultar a los verdaderos propietarios. Estos inmuebles, ubicados en el edificio Live, fueron allanados por orden de la jueza Sandra Arroyo Salgado. Además, en otro procedimiento, se secuestró el teléfono de Adriana Crucitta, abogada y socia de González, quien también es empleada de la Biblioteca del Congreso.
La figura de Rodolfo González, empleado del Congreso y socio de Kueider, ha llamado la atención de los investigadores. González cedió al exsenador una camioneta Chevrolet Trailblazer valuada en 40.000 dólares, que este utilizó para cruzar la frontera con Paraguay. Además, González ganó un premio de lotería de manera sospechosa poco después de adquirir el vehículo.
Los esfuerzos por localizarlo han sido infructuosos. En uno de sus presuntos domicilios, la Policía encontró a su hijo, quien proporcionó un número de teléfono que resultó no ser útil. Otro punto visitado en la provincia de Entre Ríos era una estancia que funciona como rotisería, pero allí solo había un cartel con la leyenda “El Mana de mi Angelito”.
Las investigaciones en curso, llevadas adelante por el fiscal Arias y la jueza Arroyo Salgado, podrían derivar en un conflicto de competencia que llegaría a la Corte Suprema. Mientras tanto, la trama de domicilios falsos y propiedades ocultas sigue creciendo, dejando al descubierto un complejo esquema para eludir la transparencia patrimonial.
La Justicia sigue en la búsqueda de respuestas y, sobre todo, de González, cuyo paradero sigue siendo un misterio.