Hace unas semanas, Rocío Marengo anunció su noticia más linda y deseada: va a ser mamá. Pero su búsqueda, como la de muchas mujeres, no fue nada fácil y la obligó a ponerle el cuerpo y la energía a mil y un tratamientos médicos de fertilidad. Hasta que tanto esfuerzo dio sus frutos y hoy, Rocío transita junto a Eduardo Fort la semana 18 de su embarazo.
Feliz y radiante, Marengo contó en el programa de Mirtha Legrand detalles de esa dura búsqueda del bebé. “Pasaron cinco años desde que empecé a buscarlo, y terminamos haciendo tratamiento in vitro”, contó la rubia en La noche de Mirtha (El Trece).
“Yo estaba acostumbrada a las piñas, a los ´no´, a ´volvé el lunes´. Todo el tratamiento es muy invasivo”, agregó Rocío sobre el día en el que se enteró por medio de su médica, en medio del programa de Juana Viale, que el tratamiento había resultado positivo. Una primicia que eligió dar en Chile, donde es muy querida desde hace años.
“Yo viví mucho tiempo en Chile y trabajo mucho ahí, pero tuve que dejar de trabajar porque la medicación me fue pinchando anímicamente. Me pasaba que tal vez tenía programas en Chile y el lunes tenía que estar acá para darme una inyección o para que me monitoreen, fue muy agotador”, comentó.
EL DIFÍCIL CAMINO DE ROCÍO MARENGO PARA SER MAMÁ
En estos cinco años de intentos, Rocío contó que con su pareja fueron por diversos caminos, de menor a mayor: “primero hicimos baja complejidad, después medicación y al final terminamos haciendo in vitro”. “Yo soy muy positiva y bloqueaba todo”, aseguró, sobre los momentos más duros de esa búsqueda repleta de frustraciones.
Ahora, a sus 45 años, Rocío finalmente logró lo que tanto deseaba. “Al principio tuve náuseas y mucho sueño. Dormía unas siestas terribles, el cuerpo cambia mucho”, contó sobre los primeros meses de la gestación, que tiene a toda la familia Fort muy alborotada.
“Los hijos de él se lo tomaron con mucha alegría. Ya piensan en los nombres”, contó sobre los hijos de su pareja. Y sumó el rol que cobraron los hijos de Ricardo Fort, Felipe y Marta: «Feli, el sobrino de Edu se anotó primero para ser padrino, y Martita sería la madrina, mi gran compañera de tratamiento, ella me bancó mucho».