6 de agosto de 1985: It was twenty years ago today. 6 de agosto de 2005: It was forty years ago today. Hoy, hace sesenta años, los Beatles editaban Help!, su quinto álbum.
El tiempo pasa, la obra queda aún si sólo permanecen dos de sus creadores, en plena actividad; en una suerte de regalo cósmico, pese a que las arenas del tiempo eventualmente los reclamarán a ellos, a todos nosotros. Pero en algún, lado, en alguna forma (¿streaming telepático?) Help!, como todo lo que ellos hicieron, se continuará escuchando.
El primer esfuerzo del grupo en formato larga duración de ese año –el siguiente sería el aún superior y más influyente Rubber Soul– hacía en su lado A las veces de banda de sonido de su segundo film, titulado exactamente como el disco y estrenado el 29 de julio.
Ya en su primera semana, la película había superado en un 37 por ciento la recaudación de su antecesora A Hard Day’s Night. Aunque a color, con el doble de presupuesto, varios momentos icónicos y de la inventiva pop de Richard Lester, no deja de ser inferior, banda de sonido incluida. Sin embargo estamos hablando de los Beatles, después de todo.
Búsquedas nuevas
No es que cada disco que los Beatles sacaban era mejor que el anterior, pero sí en cada uno de ellos había una búsqueda nueva. Si With the Beatles era una suerte de versión corregida y aumentada del debut Please Please Me (ambos de 1963), A Hard Day’s Night, con un Lennon en un estado de gracia que pocas veces repitió, era la primera vez que editaban un LP sin covers.
La tendencia se revirtió ese mismo 1964 con Beatles For Sale, donde el grupo, ya se notaba desde la foto de portada, estaba cansado de tantos compromisos, y hacía lugar a seis versiones, no obstante en contraposición profundizaba en elementos country a través de la guitarra de Harrison, o hacía debutar un órgano Hammond, además de incursionar en ritmos para entonces inéditos, por no hablar de material de primer nivel como Baby’s in Black.
En Help!, por vez primera, tenemos cuerdas, flautas, pianos eléctricos, una guitarra pasada por un amplificador de órgano y dos canciones de George Harrison, entre otras novedades. La primera, I Need You tiene otro debut: el pedal de volumen en la guitarra de Harrison. La otra, la adorable You Like Me Too Much, tiene un duelo de frases entre Harrison y George Martin en piano acústico.
Help! sólo tiene dos covers, que podrían haber estado ocupados por material Beatle, de no haber quedado disconformes con un par de canciones: una balada de McCartney, That Means a Lot, a la que nunca le encontraron la vuelta y terminaron donando al cantante PJ Proby, y el cansino rock and roll para Ringo If You Got Troubles, que no pasó de la primera toma. Ambas, después de estar pirateadas desde los años ’80, se consiguen en Anthology 2 (1995).
Una canción inconclusa fue terminada para Rubber Soul: Wait. También respetaron al público no publicando los lados B Yes It Is (contracara de Ticket To Ride), en la línea de This Boy, bellísima balada a tres voces, y I’m Down, con McCartney haciendo una suerte de reescritura de Long Tall Sally de Little Richard, también versionada en 1964.
Ringo tuvo su momento haciendo el country de Buck Owens Act Naturally, que, aunque grabada una vez terminada la filmación de la película, funciona como comentario de su veta actoral, y se daría el gusto de rehacerla con su autor en 1989.
Lennon cerró el álbum con Dizzy Miss Lizzy, de Larry Williams, en una de sus mejores performances vocales. Ese día también grabaron otro cover de Williams, Bad Boy, que fue directo al mercado estadounidense: recién en 1966 se conoció en Inglaterra (y en Argentina en 1976).
Los hits
El álbum abre muy alto, con Help! Su tempo fue un poco acelerado para enmascarar la vulnerabilidad de Lennon que volvía a bajar la guardia, como por, ejemplo, había hecho en el LP anterior en I’m a Loser.
Como observaba el gran critico Ian Macdonald: “Aquí, el caparazón que él había dejado crecer sobre sus sentimientos finalmente se resquebraja mientras admite necesidad por otros”.
La rapidez de la canción, no obstante, no hacía más que resaltar la desesperación del cantante, con un notable trabajo de contramelodía vocal de McCartney –quien dice haber colaborado en la composición- y Harrison.
Otra composición de a dos pero con predominio lennoniano es Ticket To Ride, el primer tema Beatle en romper el límite de tres minutos. El principal aporte de McCartney fue el patrón de batería que tocó Ringo en una suerte de antecedente del de Tomorrow Never Knows (1966). Lennon la consideraba, quizá en demasía, un temprano exponente de rock pesado. La ambigüedad en la letra (Ryde -con i griega- es un pueblo costero inglés) le daba otra vuelta a las canciones de relaciones de pareja.
Imposible soslayar la influencia de la marihuana en algunos textos, gracias a la iniciación de Bob Dylan el 28 de agosto de 1964 en Nueva York. Y precisamente, mientras Dylan comenzaba a electrificarse, Lennon se mandaba su canción más dylaniana hasta entonces, You’ve Got To Hide Your Love Away. Exceptuando a George Martin, es la primera vez en que aparece un músico ajeno al grupo: Johnnie Scott en las flautas de la coda.
El 14 de junio fue un día mágico, testimonio del genio versátil de McCartney. Primero grabó la country I’ve Just Seen a Face (en Estados Unidos, los pillos de Capitol, que con cuatro LPs ingleses armaban seis, se guardaron esta canción para abrir Rubber Soul y exacerbar el elemento folk-rock de ese disco).
Luego cascó su garganta a lo Little Richard con otro lado B, I’m Down; para luego cerrar, sólo con su guitarra acústica, con Yesterday. ¿Qué más decir? El cuarteto de cuerdas fue grabado tres días después, en una colaboración entre Martin y McCartney. A I’ve just seen a face, la precede Tell me what you see, uno de esos diálogos internos que a veces buscaban en la sucesión de títulos en un disco.
La única persona que parecía odiar It’s Only Love era su autor, Lennon. Pese a algunas rimas cuestionables, la pasión de la voz en el estribillo y la primera vez en que en un disco de los Beatles se escucha una guitarra eléctrica pasada por el amplificador Leslie del órgano Hammond, con sus bocinas giratorias, compensan con creces. Una constante en los Beatles: el uso desviado, el artefacto siendo utilizado no para lo que se lo había diseñado originalmente. Eventualmente, pasarían de todo por el Leslie, hasta sus propias voces.
McCartney aporta al film dos número agradables, The Night Before –con Lennon en piano eléctrico- y Another Girl -¿una confesión velada de que nunca le faltaba otra chica pese a estar en pareja con Jane Asher?-, con él mismo tocando el sólo de guitarra, pero no llegan al nivel de You’re Gonna Lose That Girl de Lennon, encantadora en su comienzo, el puente y el solo de guitarra de Harrison, sencillo y al hueso.
Al que quiera escuchar Help! como realmente fue pensado, se recomienda rastrear una versión en mono, tanto de las cajas en CD como de la recientemente reeditada en vinilo. George Martin remixó este disco y Rubber Soul a estéreo en 1987 argumentando que en los primeros años del primitivo sistema él no estaba tan ducho como llegaría a estarlo para 1966 o 1967 (empero, la industria no se privó de remezclar Revolver y Sgt Pepper vía su propio hijo, Giles).
Con la idea de atraer nuevas generaciones, en 2009 Apple decidió revertir la política de que los cuatro primeros LPs se consiguiesen en el mono original, y se pasaron al crudo estéreo. Por eso, se generaron situaciones bizarras como quien comprase la caja en CD de los Beatles en mono (que llega hasta el Álbum Blanco, el último en recibir una mezcla así) podía complementar sus CDs de Help! y Rubber Soul con las mezclas estéreo… originales y descatalogadas hace décadas.