Petroquímica Río Tercero (PR3) confirmó este lunes que decidió avanzar con la desvinculación de 124 trabajadores, en una medida que atribuye a la “delicada situación económico-financiera” de la empresa. A través de un comunicado oficial, la compañía explicó que se trata de una “profunda transformación” que busca permitir la continuidad operativa bajo nuevas condiciones.
Los cesanteados pertenecen tanto al complejo industrial de Río Tercero como a las oficinas de Buenos Aires. Además, el resto del personal fue dispensado temporalmente de asistir a sus lugares de trabajo, aunque seguirá cobrando sus salarios, “hasta que estén dadas las condiciones para retomar la producción de la línea química”, indicó la firma.
«Masacre laboral» en Petroquímica Río Tercero: denuncian otros 120 despidos y ya suman más de 250 empleados cesanteados
“El contexto nos obliga a una racionalización de la dotación”, señaló la empresa en el comunicado, en el que aclara que la línea química funcionó con normalidad hasta el último sábado.
La noticia generó un fuerte repudio por parte del Sindicato Químico y Petroquímico, cuyo secretario gremial, Lucas Felici, denunció que se trató de “una masacre laboral y económica”. “Se ejecutaron 120 despidos. De una planta que tenía 375 trabajadores, ahora quedarían menos de la mitad. Y recordemos que ya habían despedido a un centenar en octubre pasado”, afirmó en declaraciones a radio Mitre Córdoba.
Felici también advirtió sobre una posible venta encubierta de la compañía y habló de “lockout patronal”, al denunciar que desde la semana pasada se vaciaban tanques y se había frenado la producción. “Detrás de esto hay un intento de flexibilización laboral y de romper el convenio colectivo”, aseguró. Según el dirigente, la planta amaneció este lunes “militarizada”, con presencia de Infantería y policías provinciales.
En tanto, el intendente de Río Tercero, Marcos Ferrer, confirmó haber tenido una “comunicación informal” con la dueña de PR3. “Me dijeron que la empresa no va a cerrar, que va a seguir funcionando, aunque no sé en qué términos”, indicó. Y agregó: “Sí me confirmaron que hay una reestructuración para achicar la planta de personal”.
Ferrer también pidió que el conflicto no salpique a otras firmas del polo químico, como Atanor, que según indicó está evaluando nuevas inversiones. “Es peligroso mezclar todo cuando hay otra empresa que está firme y ampliándose”, sostuvo.
El impacto económico ya se siente en la ciudad. “La primera tanda de despidos afectó mucho el consumo, los movimientos en la ciudad y en las familias. Y ahora esto se repite”, lamentó el jefe comunal.