Bandas de cuatreros brasileños protagonizaron en las últimas semanas una importante cantidad de matanza de ganado vacuno en estancias que lindan con el río Uruguay, en las localidades correntinas de General Alvear y Santo Tomé, con la finalidad de robar solo algunas partes de los animales.
Como agravante en dos de las incursiones realizaron disparos con armas de fuego de grueso calibre hacia policías rurales que estaban apostados en las inmediaciones.
Los grupos de delincuentes atravesaron el canal de agua en lanchas con motores fuera de borda, principalmente en proximidades a la ciudad brasileña de San Borja.
Una veintena de vacunos fueron ultimados a balazos y tanto los encargados de los establecimientos rurales como las autoridades constataron que la mayoría fueron mutilados de sus “patas y cuarto”.
El resto de los cuerpos abandonaron en el mismo lugar de donde les dieron muerte.
Ganaderos de la región costera al Río Uruguay denunciaron la pérdida de gran cantidad de vacunos por la incursión sistemática de bandidos foráneos.
A modo de respuesta, la Unidad Especial de Seguridad Rural y Ecológica (UESRE) de la Policía de Corrientes intensificó los controles fluviales en la zona de Santo Tomé y Alvear. “Ante la creciente preocupación por el ingreso irregular de brasileños vinculados al robo de ganado en la costa Argentina”, según precisaron.
En este sentido, pese a no ser su responsabilidad, sino de la Prefectura Naval Argentina, desplegaron “operativos con dos lanchas patrulleras recorriendo puntos estratégicos del Río Uruguay donde se venían registrando casos reiterados de abigeato en perjuicio de productores locales”.
El despliegue estuvo a cargo de efectivos de las UESRE de Santo Tomé y Alvear, con el apoyo de la Policía de Alto Riesgo y del Grupo Táctico Operacional de Santo Tomé.
Las zonas controladas fueron las conocidas como Mbutu-y, Cuay Chico, Punta Piedra, arroyo Pariopá, Isla Santa Ana y sectores costeros frente a Sao Borja, Brasil, por ser donde hubo un mayor registro de incursiones de malvivientes.
Según las fuentes consultadas, en cada arremetida los grupos que atraviesan el río lo harían en no menos de dos embarcaciones a la vez.
Serían entre cinco y diez hombres por cada acto delictivo en los que llegan a la costa, se adentran a los campos y comienzan a matar a balazos a los vacunos antes de comenzar la faena.
Generalmente sacan las patas traseras completas; es lo primero que eligen sustraer de los cuerpos que dejan mutilados.
Cuerpos seccionados de vacunos fueron hallados a un kilómetro de la costa, lo que demuestra la audacia de los cuatreros que usan armas de grueso calibre.
En la balacera hacia dos patrullas de la Policía no hubo registro de heridos. Los estampidos que oyeron los uniformados corresponden a armamento “pesado” y de largo alcance.
Trascendió que en una ocasión peones de uno de las estancias descubrieron a los bandidos y éstos, lejos de ponerse nerviosos, continuaron con la faena demostrando una postura amenazante, con armas a la vista. Luego escaparon.
Durante los recientes patrullajes sobre el agua detectaron los sectores donde las bandas habrían desembarcado para después meterse a los campos de propiedad privada.
A pocos metros del agua, sobre la costa, en un sector de tupida vegetación, hallaron un pequeño campamento abandonado. En el lugar había una pequeña carpa, restos de fogata y un cajón dañado de “Skol”, tal vez la cerveza más conocida en Brasil.
Los robos denunciados en las últimas semanas dañaron a establecimientos ubicados en Alvear, pero principalmente en el departamento de Santo Tomé.