La crisis energética que atraviesa Argentina en pleno invierno se ha intensificado con la decisión del Comité Ejecutivo de Emergencia de extender por otras 24 horas los cortes de suministro de gas natural a la industria y a la cadena de estaciones de GNC (Gas Natural Comprimido).
La medida de suspenderé el expendio de GNC, que se mantuvo hasta el viernes 4 de julio, busca evitar un colapso mayor del sistema energético nacional, que se encuentra al límite de su capacidad operativa debido a una combinación de factores críticos.
El origen inmediato de la crisis es la ola de frío polar que azota gran parte del país, provocando un pico histórico de consumo de gas natural. Según datos del Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas), la demanda superó los 100 millones de metros cúbicos diarios, un 25% más que en el mismo período del año anterior.
Este incremento desbordó la capacidad de transporte y distribución del sistema, obligando a priorizar el abastecimiento a los usuarios residenciales, hospitales y escuelas. La medida afecta principalmente a las industrias y estaciones de GNC con contratos “firmes” en regiones como Buenos Aires Norte, Centro Norte, Litoral, Norte, Noroeste, Cuyo y Sur.
En el resto del país, los cortes se aplican a contratos “interrumpibles” y, en algunos casos, incluso a niveles técnicos mínimos de contratos firmes. Las estaciones de GNC en provincias como Córdoba, Mendoza, Tucumán, Jujuy, Salta y San Juan suspendieron completamente el servicio.
En ciudades como Rosario, la interrupción fue parcial y dispar. Esta situación ha generado largas filas de vehículos, especialmente taxis y remises, que dependen del GNC como combustible económico. El aumento de la demanda coincidió con fallas técnicas en la producción de gas en yacimientos de Vaca Muerta y problemas en el transporte.
Fragilidad
El gasoducto Perito Moreno (ex Néstor Kirchner), que transporta gas desde la cuenca neuquina, opera al 70% de su capacidad debido a estas fallas, lo que implica una pérdida de entre 6 y 7 millones de metros cúbicos diarios.
Expertos del sector, como el periodista Nicolás Gandini, han advertido sobre la “fragilidad” del sistema energético argentino, que arrastra años de desinversión, atraso tarifario e inestabilidad macroeconómica. Según el ex secretario de Energía Emilio Apud, se necesitarían más de 25.000 millones de dólares en inversiones para recuperar la calidad del servicio de GNC que existía hace dos décadas.
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