En diálogo con Canal E, el economista Juan Pablo Costa analizó los aumentos previstos para junio y cómo afectan directamente a la clase media, en un contexto de salarios planchados y ajustes en precios regulados.
Aumentos en cadena por encima de la inflación
«Tenemos un aumento del 2,8% en la medicina prepaga, autorizado por la Superintendencia de Salud«, señaló el entrevistado al comenzar el repaso de los incrementos previstos para junio. El economista detalló una serie de ajustes que superan ampliamente el 2% de inflación proyectado para mayo. El transporte público en el Área Metropolitana subirá un 4,8%, mientras que en la Ciudad de Buenos Aires el subte alcanzará 963 pesos, rozando la barrera de los mil.
«Hay una política que se implementó a principios de año, ajusta por inflación más un 2% adicional mensualmente«, explicó Costa, en referencia al decreto de Jorge Macri que regula las tarifas del transporte porteño. Además, se suma un aumento del 6,5% en los colegios privados con subvención, y un 1% en el servicio de agua de AySA, que, aunque mínimo, se ubica sistemáticamente por debajo de la inflación.
Salud: triple deterioro del sistema
Uno de los sectores más afectados es la salud. «El caso de la salud me parece que es uno de los más preocupantes«, advirtió Costa. A la desfinanciación de la salud pública, ejemplificada con la situación del hospital Garrahan, se suma un incremento sostenido en la medicina privada.
«Se derogó una normativa que obligaba a aumentar de igual manera a todos los afiliados«, detalló, alertando que ahora las prepagas podrán aplicar subas diferenciadas, castigando especialmente a los adultos mayores. Esto podría provocar una migración hacia las obras sociales sindicales y el sistema público, «con lo cual hay un deterioro en los tres segmentos del área de salud«, mencionó.
Salarios por detrás y señales preocupantes
En un contexto de precios regulados al alza, Costa remarcó que los ingresos no acompañan. «El gobierno se ha negado a homologar paritarias con incrementos por encima del 1% mensual«, lo que genera un fuerte deterioro del poder adquisitivo, especialmente en trabajadores registrados. Esta franja, que representa buena parte de la clase media, está en el centro del conflicto distributivo actual.
«La dinámica en términos de consumo y de ingresos no es buena«, subrayó, explicando que la política oficial está generando un ajuste encubierto al negar aumentos salariales que acompañen siquiera a la inflación.
Tipo de cambio, inflación y el Pass-Thru
Respecto a la suba del dólar y su eventual traslado a precios, Costa fue claro: «En mayo no se va a reflejar el impacto del tipo de cambio; quedará como arrastre para junio«. Aunque la estabilidad cambiaria reciente evitó una crisis, el economista advierte que esto fue posible gracias a factores estacionales, como la liquidación de la cosecha gruesa y el ingreso de divisas del FMI.
«Son todas sonrisas cuando el dólar está cerca del piso de la banda cambiaria, pero cuando se despega empiezan las alertas«, dijo. Un aumento del tipo de cambio real podría presionar sobre la inflación, obligando al gobierno a subir tasas de interés y reactivar mecanismos de control.
El futuro inmediato
Con aumentos de servicios básicos muy por encima de la inflación, y salarios reprimidos por decisiones oficiales, la clase media se enfrenta a un escenario donde podría verse obligada a abandonar servicios como la educación privada o la medicina prepaga.
«Ahí hay un deterioro de los ingresos reales«, concluyó Costa, haciendo foco en una tendencia que compromete el equilibrio social y presiona cada vez más sobre un Estado que también se está retrayendo.