(Pablo Roma, Congreso Nacional) – En una nueva muestra de subordinación al Poder Ejecutivo, el Congreso de la Nación volvió a quedar reducido a un mero espectador de las decisiones del Gobierno. La conformación de la Comisión Bicameral de Trámite Legislativo allanó el camino para que la Cámara de Diputados apruebe por mayoría simple el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que habilita al país a contraer una nueva deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI). De este modo, se evitó la necesidad de los dos tercios de los presentes, en una maniobra que garantizó la vía libre para endeudar a la Argentina sin certezas sobre los términos del acuerdo, el monto del préstamo ni su mecanismo de efectivización.
Durante la jornada, marcada por el caos y la tensión, se vivieron escenas de gritos y enfrentamientos en el Salón Azul del Congreso. La discusión comenzó con una feroz disputa por la presidencia de la Comisión, que finalmente quedó en manos del oficialista Oscar Zago, jefe del bloque MID en Diputados. La polémica se desató cuando el senador libertario Juan Carlos Pagotto, quien había presidido la Comisión el año pasado, se negó a ceder el cargo pese a que el reglamento establece la alternancia anual entre ambas cámaras.
Las legisladoras Carolina Gaillard, Vanesa Siley y Anabel Fernández Sagasti denunciaron la maniobra y exigieron una votación para definir al nuevo presidente. La situación se tornó violenta, con empujones y gritos mientras los funcionarios del Ejecutivo observaban impávidos. En paralelo, los mercados reaccionaban con nerviosismo a las declaraciones del ministro de Economía, Luis Caputo, quien dejó entrever la posibilidad de una devaluación, algo que se considera una condición del FMI para otorgar financiamiento a la Argentina.
Mientras tanto, el Banco Central dilapidó en los últimos días casi 500 millones de dólares en reservas para contener un dólar que, de todos modos, se disparó. La incertidumbre económica sigue creciendo, con un Gobierno que avanza sin dar explicaciones y un Congreso que, en lugar de poner límites, facilita las decisiones de la Casa Rosada. La jornada terminó con la oposición denunciando “escándalo, teatro y complicidad” de los legisladores con una gestión que sigue gobernando de manera unilateral. Una vez más, el Poder Legislativo se rindió ante el Ejecutivo y dejó al país a merced de una nueva deuda, sin condiciones claras y con la economía pendiendo de un hilo.