(Corresponsalía Buenos Aires) – El presidente Javier Milei evalúa lanzar un plebiscito de revocatoria de mandato en la Asamblea Legislativa de este sábado, en un intento por salir de la encerrona que le generó el escándalo del Criptogate. La estrategia, impulsada por su asesor estrella Santiago Caputo, busca desviar la atención del caso Libra, el escándalo de supuestas coimas para acceder al mandatario, que sigue escalando a nivel internacional y este viernes llegó hasta las páginas del New York Times.
Con un simple decreto, Milei podría convocar a una consulta popular no vinculante, que funcionaría como una suerte de encuesta nacional para medir su apoyo. Caputo, quien maneja la cuenta de Twitter “Milei Emperador”, es el principal impulsor de la jugada, convencido de que una victoria en el referéndum le permitirá a Milei profundizar su rumbo autoritario. Las últimas decisiones del Gobierno, como la designación de jueces de la Corte Suprema por decreto y la amenaza de intervención de la provincia de Buenos Aires, muestran que el libertario avanza cada vez más en esa dirección.
Lo que todavía no está claro es qué sucedería si Milei llegara a perder el referéndum. El Gobierno no ha analizado en profundidad ese escenario, aunque el antecedente inmediato de Ecuador, donde Guillermo Lasso convocó a una consulta y terminó anticipando su salida del poder, podría ser una advertencia.
UNA IDEA QUE MILEI YA HABÍA ANALIZADO
El recurso del plebiscito no es nuevo en la estrategia del presidente. En 2023, cuando el Congreso rechazó la primera versión de la Ley Ómnibus, Milei también consideró acudir a una consulta popular. Sin embargo, en aquel momento, el plan chocó con la bandera de ajuste y déficit cero que el propio presidente había levantado como eje de su gestión.
Ahora, la contradicción es aún mayor. Luego de impulsar la suspensión de las PASO con el argumento de reducir el gasto público, Milei se encuentra ante el dilema de gastar millones en una consulta que no tiene efectos vinculantes, pero que le serviría como plataforma para reafirmar su liderazgo y correr el eje del debate del Criptogate.
Mientras tanto, la crisis política sigue escalando. El escándalo de los sobornos a empresarios para acceder a Milei, revelado por medios internacionales, mantiene en vilo a la Casa Rosada. La jugada del plebiscito, de concretarse, podría convertirse en una apuesta riesgosa, que en lugar de reforzar su poder, termine debilitando aún más al presidente.
Tú dijiste:
reversionar la cronica
ChatGPT Plus
MILEI BUSCA UNA SALIDA DEL CRIPTOGATE Y ANALIZA UN PLEBISCITO PARA MEDIR SU APOYO
Acorralado por el escándalo del Criptogate y la presión internacional tras las revelaciones sobre el caso Libra, el presidente Javier Milei evalúa convocar a un plebiscito de revocatoria de mandato en la Asamblea Legislativa de este sábado. La idea, impulsada por su asesor Santiago Caputo, busca desviar la atención del escándalo de coimas para acceder al mandatario, que este viernes sumó un nuevo golpe con la confirmación del New York Times sobre la existencia de pagos irregulares para reuniones con empresarios.
Con un simple decreto, Milei podría llamar a una consulta popular no vinculante, convirtiéndola en una especie de encuesta masiva para medir su nivel de apoyo. Caputo, quien maneja la cuenta de Twitter Milei Emperador, cree que una victoria en las urnas reforzaría la imagen del presidente y le daría impulso para avanzar en una gestión cada vez más autoritaria. Las señales en esa dirección ya son evidentes: en los últimos días, Milei designó jueces de la Corte Suprema por decreto y amenazó con la intervención de la provincia de Buenos Aires, en un claro desafío a las instituciones.
Sin embargo, en el Gobierno no hay certezas sobre qué sucedería si Milei pierde el referéndum. En Ecuador, Guillermo Lasso intentó una estrategia similar y terminó acelerando su salida del poder. La consulta podría transformarse en un arma de doble filo para un presidente que apuesta fuerte, pero que enfrenta un desgaste creciente.
UN PLAN QUE YA HABÍA ESTADO SOBRE LA MESA
La idea de un plebiscito no es nueva en la estrategia presidencial. En 2023, cuando el Congreso le bloqueó la primera versión de la Ley Ómnibus, Milei evaluó un referéndum para sortear la resistencia política. Pero en aquel momento, la jugada chocaba de lleno con su discurso de déficit cero y ajuste.
Hoy, la contradicción es aún mayor. Luego de suspender las PASO con el argumento de reducir el gasto público, el Gobierno ahora evalúa destinar millones a una consulta que no tiene efectos vinculantes, pero que Milei ve como una forma de revalidar su liderazgo.
Mientras tanto, el Criptogate sigue escalando y golpea la imagen presidencial. La revelación de que se pedían coimas para facilitar reuniones con empresarios mantiene en vilo a la Casa Rosada. La apuesta del plebiscito, si finalmente se concreta, podría ser una maniobra desesperada que termine fortaleciendo sus debilidades en lugar de consolidar su poder.