La planta de la empresa fabricante de margarinas y aderezos Dánica ubicada en la ciudad bonaerense de Llavallol, que había cerrado en diciembre de 2024 y dejado sin trabajo a un centenar de empleados tras 80 años de actividad, reabrirá el próximo 27 de enero, según pudo saber LA NACION. En tanto, no todos los trabajadores volverán a sus puestos dado que muchos aceptaron los retiros voluntarios cuando la compañía anunciaba que bajaba las persianas.
La medida fue posible tras un acta firmada este martes entre la empresa, el Sindicato de Obreros y Empleados de la Industria del Aceite (Soeia) y el gobierno de Axel Kicillof que, a través de un programa especial del Ministerio de Trabajo, se comprometió a implementar para el caso una asistencia económica con el objetivo de abonar parte de los salarios de los trabajadores.
Tras una serie de arduas negociaciones con la mediación de funcionarios del gabinete del ministro Walter Correa, el Gobierno bonaerense habilitó la posibilidad de que Dánica se sume al Programa de Promoción, Preservación y Regularización del Empleo (Preba), herramienta que existe desde 2008 y que ayuda a las empresas a afrontar los gastos salariales.
De acuerdo a lo confirmado a LA NACION desde el Soeia, los trabajadores percibirán entre el 65 y el 70% del salario aceitero propuesto por la compañía más el resto que abonaría el Preba. El acuerdo tendría, en principio, una vigencia de un año y medio, aunque podría sufrir modificaciones en el transcurso de ese plazo.
Si bien la planta había detenido su producción en octubre de 2024, cuando anticipó vacaciones al personal y lanzó un plan de retiro voluntario, a fin de diciembre pasado confirmó el cierre de la actividad mediante notificaciones a sus trabajadores por los despidos con el pago de indemnizaciones.
Entre las principales causas que argumentó la empresa para llegar a esa instancia, señaló el desfasaje de los costos y los altos costos laborales. A esto sumaron dificultades logísticas y de comercialización, y una profundización en la caída de ventas. “En la planta se producían margarinas, aunque los niveles de venta eran marginales en la última etapa. La dotación de personal excedía ampliamente las necesidades productivas”, habían justificado entonces desde la firma.
Fundada en 1939 por un inmigrante danés, Dánica fue adquirida en 2011 por el grupo brasileño BRF y luego, en 2019, pasó a formar parte de Dorada, perteneciente a Grupo Beltrán, una firma cordobesa dedicada a la industria láctea y frigorífica.
Según fuentes de la organización, ya en ese entonces, la planta contaba con equipamiento obsoleto, sin automatización, y una baja productividad resultado de años de escaso mantenimiento. El proceso de crisis actual era una manifestación más de un problema que la empresa arrastra desde hace tiempo. En 2020, Dánica había iniciado un denominado Procedimiento Preventivo de Crisis. Y luego, en marzo de 2021, suscribió a un acuerdo con el gremio con el compromiso de revertir la situación y garantizar la continuidad de la producción y los puestos de trabajo.
Actualmente, la empresa conserva también una planta productiva de aderezos en el Parque Industrial Ferreyra, en Córdoba. Se trata de un predio que fue inaugurado en 2024, para retomar las operaciones que habían sido discontinuadas en San Luis, tras un extenso conflicto con el gremio.
Frente al cierre de aquella planta, la firma había indicado: “Luego de un extenso conflicto con el sindicato donde Dánica intentó por todos los medios lograr un acuerdo favorable para todos sus colaboradores de la planta de Villa Mercedes, la empresa ha decidido proceder al cierre de sus operaciones en esa ciudad”. Argumentó su decisión en “la imposibilidad de operar en condiciones de seguridad y legalidad, dado el quiebre de todos los marcos normativos y legales por parte de Soead de Villa Mercedes y Río Cuarto”.
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