(Corresponsalía Buenos Aires) – Mientras los líderes mundiales, ejecutivos y académicos se preparan para el inicio del Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, un reciente informe de Oxfam Internacional alerta sobre una preocupante realidad: la riqueza de los multimillonarios creció tres veces más rápido en 2024 que en 2023, consolidando un sistema que favorece a una “nueva aristocracia” mientras la pobreza global se estanca.
El informe, titulado “Tomadores, no creadores”, detalla cómo la fortuna de los multimillonarios aumentó en 2 billones de dólares el último año, es decir, 5.700 millones de dólares al día. Este crecimiento desmedido contrasta con la persistente pobreza global, que no muestra avances significativos desde 1990, según datos del Banco Mundial.
Amitabh Behar, director ejecutivo de Oxfam, advirtió que este fenómeno no se debe a individuos específicos, sino a un sistema económico que permite a los ultrarricos moldear políticas a su favor. “Es la joya de la corona de las oligarquías globales”, afirmó, señalando a Donald Trump y Elon Musk como símbolos de esta acumulación desproporcionada de poder.
A pesar de las crecientes advertencias sobre el abismo entre ricos y pobres, el Foro Económico Mundial continúa siendo un espacio donde prevalecen los intereses corporativos y financieros. Con la asistencia de más de 3.000 líderes globales, el enfoque sigue centrado en cerrar acuerdos y discutir herramientas como la inteligencia artificial para aumentar la eficiencia empresarial, aunque esto signifique desplazar trabajadores.
Mientras tanto, manifestantes alrededor del mundo exigen medidas concretas para gravar a los ricos y reducir la desigualdad. En las cercanías de Davos, las protestas complicaron el acceso al evento, simbolizando el creciente descontento social.
Oxfam denunció que al menos cuatro nuevos multimillonarios emergen cada semana, mientras que tres quintas partes de sus fortunas provienen de herencias, monopolios o conexiones políticas. En contraste, los países de ingresos bajos y medios dedican casi la mitad de sus presupuestos a pagar deudas, perpetuando un círculo vicioso de pobreza.
En África, la esperanza de vida apenas alcanza los 64 años, frente a los 79 de Europa, y la mayoría de las personas vive con menos de 6,85 dólares al día. Según el informe, la concentración de riqueza no solo perpetúa estas desigualdades, sino que también amenaza la estabilidad social y política global.
Oxfam insiste en la necesidad de desmantelar esta “nueva aristocracia” a través de impuestos progresivos, límites a los salarios de directores generales y regulaciones corporativas que aseguren condiciones laborales dignas. Sin embargo, estas propuestas rara vez encuentran eco en las cumbres como la de Davos, donde la prioridad parece ser mantener el statu quo.
Con un panorama global marcado por conflictos armados, desinformación y polarización social, Davos vuelve a ser escenario de una desconexión entre las élites económicas y la realidad que enfrenta la mayoría de la población mundial.
El Foro Económico Mundial concluye este viernes, pero las preguntas que emergen tras los datos de Oxfam perdurarán. ¿Hasta cuándo podrán las élites ignorar el llamado a una mayor igualdad económica? Y, sobre todo, ¿quién se beneficiará realmente de las decisiones que se tomen en Davos este año?